Según el MINREX: los cubanos que tienen prohibido entrar a la Isla son ‘un grupo ínfimo’

Ernesto Soberón dice que es una medida que aplica a individuos ‘vinculados a los sectores más reaccionarios de la ultraderecha anticubana’.

La prohibición de entrada indefinida de cubanos a la Isla afecta a «un ínfimo grupo», que es castigado «por estar vinculado a los sectores más reaccionarios de la ultraderecha anticubana», afirmó Ernesto Soberón, jefe de la Dirección General de Asuntos Consulares y Atención a Cubanos Residentes en el Exterior (DACCRE), de la Cancillería cubana.

Soberón afirmó que esa prohibición, que definió como una «limitación de entrada», responde a asuntos de «nuestra seguridad nacional, según lo dispuesto en las leyes cubanas».

En entrevista con el sitio OnCuba, el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) agregó que dentro de ese «exiguo grupo de ciudadanos cubanos» están «aquellos que poseen una limitación de entrada temporal por abandono de su misión oficial», una sanción que se impone a cientos de médicos, deportistas, artistas y otros profesionales que salen de Cuba como parte de delegaciones y que tras quedarse a residir en el extranjero son castigados con ocho años como mínimo sin permitirles visitar su país.

Esta medida, que ha sido denunciada como un mecanismo de tortura y castigo que los afecta a ellos pero también a sus familias en la Isla, también es criticada por partidarios del régimen, como hicieran recientemente el emigrado y vocero de La Habana en EEUU, Carlos Lazo, y el cantautor oficialista Israel Rojas.

Para Soberón, esos criterios «son tan numerosos como disímiles, pero a la hora de abordar este fenómeno debe tenerse en cuenta que el abandono de una misión oficial es un acto con implicaciones negativas diversas, para Cuba y para el país donde brindan sus servicios nuestros colaboradores».

La exportación de servicios profesionales, fundamentalmente médicos, es una de las principales fuentes de ingreso del Gobierno cubano, que se queda con al menos el 75% de lo que pagan los países de destino en concepto de salarios. En 2018 esta actividad generó ingresos de 6.400 millones de dólares a La Habana, muy por encima del turismo.

Además de tener que entregar como mínimo las tres cuartas partes de sus salarios, los profesionales de la salud cubanos enviados a misiones en el exterior son sometidos a una fuerte vigilancia y restricción de libertades fundamentales.

Estas condiciones han sido denunciadas por organizaciones defensoras de derechos humanos y la ONU ha advertido que podrían constituir formas de «trabajo forzoso» y «esclavitud moderna».

Sobre la prohibición de entrada a Cuba, el Gobierno no mostró una sola prueba de su presunta vinculación con la «ultraderecha» cuando en marzo pasado desterró a la periodista cubana Karla Pérez, quien intentó regresar a Cuba tras concluir sus estudios en Costa Rica, pero debió solicitar refugio político en ese país después que las autoridades se escudaran en que su retorno con su familia era parte de «propósitos subversivos».

En la entrevista, Soberón no habló sobre las decenas de personas a quienes la policía política mantiene «regulados», medida con la que les prohíbe salir de la Isla, y que afecta sobre todo a activistas, opositores, periodistas independientes y críticos del régimen.

Tampoco respondió a la pregunta sobre si La Habana tenía pensado reducir el costo del pasaporte cubano (el más caro del mundo) y de las prórrogas del mismo. Se limitó a decir que este es «un tema que resulta de gran interés para la inmensa mayoría de nuestros connacionales en el exterior y sus familiares en Cuba».

Acerca de la posibilidad de que los emigrados cubanos inviertan en la Isla, afirmó que «el ‘bloqueo’ constituye el principal obstáculo para que los inversionistas, incluidos nuestros nacionales, puedan insertarse en proyectos de desarrollo local o inversiones», en referencia al embargo de EEUU a La Habana.

Curiosamente, esa opinión del funcionario del MINREX se publicó en un medio propiedad del emigrado cubano Hugo Cancio, a quien hace apenas dos meses el Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera (MINCEX) autorizó la inscripción en su registro de empresas extranjeras que hacen negocios en la Isla de Fuego Enterprises Inc., otra de sus propiedades.

A través de ese permiso, Cancio puede comercializar productos agroalimentarios, artesanales y bienes de consumo, como ya hace a través de la plataforma online katapulk.com, que entrega compras en Pinar Del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque, Matanzas, Ciego de Ávila, Las Tunas, Holguín y Santiago de Cuba, todas pagadas desde el exterior por emigrados cubanos.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hasta el año 2020 vivían fuera de Cuba 1.757.300 cubanos nacidos en la Isla. Solo en EEUU, la Oficina del Censo de ese país tenía reportados hasta 2019 un total de 1.359.990 cubanos. De ese total, aproximadamente 500.000 mantienen su residencia en la Isla.

Nota: Tomado del Diario de Cuba

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